jueves, 29 de mayo de 2008

CULPA




La chiquitita de la foto se llama Elsa, pero yo le digo Elsis. Llegó a mi a través de un mail: alguien publicó en el trabajo que la regalaba, y yo la quise.

A propósito, quiero citar a Claudio, un (gran) compañero del diario, autor de la frase: "Los perros no se compran". Quizá con el tiempo alguien se refiera a él como uno de los pensadores del Siglo XXI.

Lo cierto es que en este último tiempo -y no sé por qué- he cambiado la "cuestión sensibilidad". Me conmueven cosas que antes me resultaban insignificantes. Por ejemplo, una perrita.

El tema es que, por cuestiones de tiempo, la dejé en lo de mis padres, a 30 kilómetros de mi casa. Y me mata la culpa. Cada vez que pienso en ella, recuerdo casos de bebés dejados en la cuna en la puerta de alguna casa; casos de madres jóvenes que delegan el cuidado de sus hijos en sus padres (es decir, los abuelos de la criatura); casos de bebés que quedan en un hospital porque alguien se escapa; o, peor, casos en los que los padres no les dan bola a sus chicos y hacen la suya.

Pienso en Elsis y me siento como una madre abandónica. ¡Ah! Y encima no me hago cargo de su comida.

6 comentarios:

Jota dijo...

terrible testimonio
te voy a denunciar para que te lleven a vos al pasteur

Inés Lerda dijo...

¡Qué linda! ¿Pero no se iba a llamar yaya, yayá o ya ya?

vero dijo...

Pobre Elsa!! Haces bien en tener esa culpa.
No sabes lo sorprendida que estoy con esta nueva sensibilidad tuya,estas bien? te pasa algo?

PABLO U dijo...

No solo abandonaste a la perra sino que todo este tiempo me ocultaste que la tenías. Qué te creés? qué los perros no se dan cuenta de las cosas?.

Anónimo dijo...

...a mí me gustaría + un hurón -como el de Polly Prince...

Sweet carolain dijo...

pobre elsa che! porque le pusiste elsa?