-¿Cómo va tu vida?
-Bien... ¿Qué tal?
-¿Sigue existiendo xxx? (xxx: un ex novio, a quien ya hace años que no veo)
-Mirá, no está a mi lado, pero todavía no me llegó ninguna noticia trágica. Esperemos que esté bien.
El MSN tiene ese qué se yo...
Si cada uno repasa su lista de contactos seguramente se encontrará con varias personas (mi investigación dice que no menos de diez) con las que ya no habla ni siquiera por esa vía, ni ve, ni escucha hace tiempo. Pero siguen estando.
En el MSN cada uno tiene a los amigos, a los compañeros de trabajo, a los conocidos y también a los desconocidos de siempre. Son esos a los que alguna vez se agregó por algún motivo que tuvo un fin determinado. Y se terminó ese motivo y listo: no más chat con ellos.
Si algo reina en estos casos es la desactualización de información personal. Entonces aparecen y preguntan, indagan: molestan. ¿Y uno por qué no los borra? ¿Por respeto? ¿Por paranoia? Sin dudas, la aparición de páginas del tipo "quienteadmite.com" tiene mucho que ver con esto último: hace que se imponga el factor culpa ante la posibilidad de que el "eliminado" se dé cuenta.
-¡Me voy a Florianópolis!
-Hola, tanto tiempo. Qué bueno, pero la verdad que yo nunca fui. Que la pases bien.
Esta vez fui yo. Pasé de víctima a culpable. Intenté conversar con un ex compañero de trabajo, brasileño él. Me respondió eso y sentí vergüenza de mi misma. Lo borré. Mañana salgo para Brasil: ¿alguien me pedirá allá la dirección de mi casilla de Hotmail?
-Bien... ¿Qué tal?
-¿Sigue existiendo xxx? (xxx: un ex novio, a quien ya hace años que no veo)
-Mirá, no está a mi lado, pero todavía no me llegó ninguna noticia trágica. Esperemos que esté bien.
El MSN tiene ese qué se yo...
Si cada uno repasa su lista de contactos seguramente se encontrará con varias personas (mi investigación dice que no menos de diez) con las que ya no habla ni siquiera por esa vía, ni ve, ni escucha hace tiempo. Pero siguen estando.
En el MSN cada uno tiene a los amigos, a los compañeros de trabajo, a los conocidos y también a los desconocidos de siempre. Son esos a los que alguna vez se agregó por algún motivo que tuvo un fin determinado. Y se terminó ese motivo y listo: no más chat con ellos.
Si algo reina en estos casos es la desactualización de información personal. Entonces aparecen y preguntan, indagan: molestan. ¿Y uno por qué no los borra? ¿Por respeto? ¿Por paranoia? Sin dudas, la aparición de páginas del tipo "quienteadmite.com" tiene mucho que ver con esto último: hace que se imponga el factor culpa ante la posibilidad de que el "eliminado" se dé cuenta.
-¡Me voy a Florianópolis!
-Hola, tanto tiempo. Qué bueno, pero la verdad que yo nunca fui. Que la pases bien.
Esta vez fui yo. Pasé de víctima a culpable. Intenté conversar con un ex compañero de trabajo, brasileño él. Me respondió eso y sentí vergüenza de mi misma. Lo borré. Mañana salgo para Brasil: ¿alguien me pedirá allá la dirección de mi casilla de Hotmail?
4 comentarios:
¿La pregunta del final será una expresión de deseo?
cuanta razon tenes.Para que tener tantos contactos que no sirven para nada,si solo hablas con 2 o 3.
Yo pienso que la edad es directamente proporcional a la cantidad de ventanitas que podés tener abiertas al mismo tiempo. Yo puedo chatear con cuatro a la vez, mi hermanito con 12. Mi mamá, con uno. Los más chicos, que nacieron con esto, pueden tener hasta 400 contactos con los que nunca hablan. Yo tengo "apenas" 70 u 80. 50 me parece un número razonable. Si son más, siento que ya no me pertenece, como si entrara en una sala de espera llena de gente y con todos mirándome.
"Quienteadmite" me parece horrible, yo prefiero no saber quién me eliminó. Además, lo veo como un comportamiento un poco policial.
Mi última frase es la misma que la de Mariano, pero sin los signos.
Quise decir "inversamente proporcional". No sé por qué este blog no te deja corregir una vez que publicás.
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