miércoles, 3 de agosto de 2011

MORENO


-Mirá, hice la M de Moreno.

Moreno saluda, dice y señala: indica que dibujó la inicial de su nombre en la pared, con marcador negro. Me pregunto a mí misma si será indeleble, aunque le consulto otra cosa: ¿la abuela sabe esto?

Y no, la abuela -que es la dueña de casa- no sabe porque Moreno es un nene que hace algunas travesuras en silencio (y otras no). Moreno es un chiquito con razonamiento de mayores que conoce a la perfección los actos buenos y los que no (y varias veces se inclina por los segundos).

Moreno no es moreno, es más bien rubio. Tiene el pelo lacio y muy finito: sobre la cara, cuando se lo deja largo, y en ocasiones casi rapado, con la cresta que le recorre la cabecita. Ahora lo tiene corto y el otro día cargó el gel en la mochila para peinarse, re coqueto.

Moreno es muy curioso: quiere saber, pregunta, presta atención a las explicaciones y hace sus propios análisis. Tiene, también, una cuota importante de imaginación y delirio, esas características mágicas de la niñez. Una vez, por ejemplo, declaró que de grande él quiere ser un Power Ranger rojo. Y el otro día, mientras pasábamos con el tren por Remedios de Escalada, preguntó: ¿acá la gente está toda enferma?

Moreno no es tonto, por supuesto. Y tiene muy claras las ventajas de la niñez. Por eso afirma que él no quiere ser grande y que nunca quiere perder sus juguetes de cuando era chiquito. "¿Vos te acordás de cuándo yo era chiquito?", inquiere desde sus cuatro años. Cuando se olvida de esto proyecta: quiere una camioneta grande para llevar a todos sus hijos (el otro día mencionó que va a tener ocho) y se ve futbolista o guitarrista. Todo con ista.

Una cualidad distintiva de Moreno es su facilidad para pasar de la ternura absoluta a ser algo así como un diablo en tamaño small. Puede pedirte oir la musiquita de tu corazón y apoyarse en tu pecho, puede mostrarte toda su felicidad cuando lo vas a buscar al jardín o puede definirte a la familia con un simple y emocionante "es estar juntos". O puede no contarte lo que está cantando porque son canciones secretas que guarda en su corazón.

Pero ojo, porque en cualquier momento, con esa vocecita casi ronca que tiene, puede lastimarse a sí mismo en un ataque de ira, puede escupir en la mesa una comida que no le gusta o puede dejarte en offside delante de tu propia familia:

"Moreno, saludá a Marta y agradecele por recibirte en su casa y jugar con vos".
"Bien. Moreno, saludá a Andrés y decile gracias por dejarte manejar la camioneta".
"Muy bien. Moreno, decile chau a Eduardo y agradecele por todo".

-Pero si Eduardo no me dio nada...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este es el famoso Moreno que maneja el INDEC ??
Cada dia escribis mejor

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