jueves, 25 de noviembre de 2010

LA MENTIRA...

...es sacar esos alcauciles de la heladera, poner la olla sobre la cocina, levantar la vista y observar el Beefeater que está en la mesada.

...es sacarle hojas a esos alcauciles, pero dejarlos ahí nomás y abrir la heladera: tomar el agua tónica, cortar limón, juntar un par de cubitos y armarse un gin tonic fresco, bien fresco.

...y volver a reparar en los tristes alcauciles, cambiarlos por un platito con papitas, palitos y chizitos.

...es pensar en qué perverso es el mundo y en qué perverso es uno con uno mismo, dentro de ese mundo.

No, mentira.

2 comentarios:

Sol dijo...

Yo amo los alcauciles, entre alcauciles y papas fritas (los dos al alcance de la mano) me quedo con los alcauciles, o con los dos, o será que me gusta mentirme a mi misma? ja!
Besos Aye!!

Inés Lerda dijo...

Ojo, que mojar hojita por hojita en una deliciosa mezcla de aceto, aceite de oliva y sal garpa un montón, eh