viernes, 20 de marzo de 2009

LOS REYUNOS (Anotaciones personales)


Bajada al lago en el sector del Camping El Tigre. Estaba sentada en la orilla y unos nadadores que se entrenaban para un triatlón me invitaron a nadar con ellos. Acepté. Ellos iban adelante, exigiéndose, y yo iba detrás, con la hija de uno de ellos, que era la que me protegía, por las dudas. Es que le tengo pánico a las aguas abiertas. Es como que te abandonen desnuda en el medio del desierto: una sensación de desamparo absoluto. Pero nadé. Cien metros de ida, y otros cien de vuelta. En ese periodo, me desesperé. No sentía más que el ruido de las burbujas que yo misma generaba debajo del agua y el que hacían mis aritos. Me perturbó el hecho de no saber a qué distancia estaba el fondo y a cuánto la orilla. Todo el tiempo pensaba: ¿Y si me quedo sin aire? ¿Y si me agarra un calambre? Estaba en el medio de la nada: me preguntaba dónde quedaría el hospital más cercano. Pero llegué y casi le doy un beso a la superficie. Los nadadores (a quienes les conté todo esto cuando regresamos), me felicitaron.


A la vuelta le pagué a un muchacho para que me lleve de regreso al pueblo. Me invitó (insistentemente) a cenar. Era algo así como el señor feudal de Villa 25 de Mayo. Minutos antes me había contado que su ex mujer se fue a vivir a La Pampa y dejó a su hija en la casa de sus suegros. Que él ahora estaba peleando por la tenencia, que la ex mujer era una turra, que él llevaba a la nena a la casa de sus padres, porque no vaya a ser cosa que a la nena le pasen delante de él las cosas que les pasan a las mujeres. Gentil, protocolar y muy amablemente, le dije que no. Que gracias por la invitación, pero no.


Bajada al lago en el sector del Club de Pescadores (foto de mi autoría). Hice dedo y me levantó una mujer, que viajaba con su hijo y su madre. Las dos me dieron muchos consejos, pero hubo uno que me impactó más que el resto: "Mirá mamita, viajá sola todo lo que puedas. Hacelo, mami, disfrutá mucho. Y tené hijos de grande. Pero tené hijos, mami, porque una mujer se frustra mucho si no los tiene. Tenelos: no importa con quién. Buscate un buen semental. Total, una noche de borrachera la tiene cualquiera. Después ves. Si te enamorás y funciona, mejor. Y si no, mami, lo echás a la mierda y te quedás con el nene".


Ellas, Vale y Angie (de Angelina), viven actualmente en San Bernardo. No sólo me dieron consejos. También me contaron una teoría bastante interesante que elaboraron: la "Pitodependencia". Me explicaron: "La Pitodependencia se produce cuando la mujer deja toda su vida de lado por un pito. Consigue el pito y no hace nada. Sólo está en su casa y piensa en dos cosas: en la comida y en el pito. Entonces come, mami, come mucho, se vuelve gorda, se viste mal, se pone fea. Se achancha, mamita. Y el pito empieza a buscar otras cositas afuera de la casa. Pero la mujer sigue ahí, pitodependiente: su vida no tiene sentido. Y se resigna. Total, mami, mientras el pito esté, todo bien".

2 comentarios:

vero dijo...

Aye!!! que bueno que hallas podido llegar a la superficie.Me imagino que debe haber sido feo estar pensando eso mientras nadabas.Me sorprendio mucho los consejos de las señoras!!!

MQDLV dijo...

Los Reyunos es -dentro de los lugares que conozco- de los que me parecen más hermosos. Saludos.