miércoles, 4 de marzo de 2009

GOTAS DE LLUVIA Y CANCIONES

Abro los ojos y lo primero que veo son las gotas que recorren el vidrio de la ventana. Corro la cortina y abro la ventana un poco más, porque tengo ganas de sentir el aire. Me acuerdo de que cuando era chica y llovía me paraba delante del vidrio y, desde adentro, recorría con mi dedo índice las gotas hasta que se deshacían. Me levanto y me miro al espejo: tengo los rulos descontrolados. Pienso cómo sería si tuviese el pelo lacio y llego a la conclusión de que mejor así, con ondas.

Bajo la escalera y abro la ventana que da al balcón. Hay más gotas en el vidrio y mi imaginación vuela: me creo que todas tienen caras, que todas están sonriendo. Pienso que mi papá se debe estar mojando en el kiosco, que mi mamá también se habrá mojado en sus escuelas del Conurbano, que debe haber gente sufriendo por alguna inundacióna y que debe haber otros que están felices por el agua y los frutos que ella le trae a sus cosechas.

Miro las gotas que caen al suelo: algunas repiquetean varias veces, otras se diluyen al primer impacto. Algunas son muy chiquititas y otras más gruesas. ¿Por qué será? ¿Con qué tendrá que ver el tamaño?

Se me ocurre poner un disco de Alfredo Zitarrosa, pero no. Prendo la radio y sintonizo a Víctor Hugo Morales. En una pausa, suena Dónde va la gente cuando llueve. Pienso que el musicalizador (o el productor, o el operador) del programa es bastante previsible y se me vienen a la mente canciones que me recuerdan momentos.

Temas de María Elena Walsh, que sonaban en en el programa de Magdalena Ruiz Guiñazú, con los que mi mamá nos despertaba para ir a la escuela; Traición a la mexicana, de Zimbawe, esa canción que bailé arriba de los parlantes en un asalto, cuando iba a la escuela primaria. Se me vienen más: Julieta, de Fernando Delgadillo, que lleva el nombre de una Juli a quien quiero hasta el cielo, y de otra Juli que está por venir; Días y flores, esa hermosa canción de Silvio Rodríguez: me bajé del colectivo y él arrancaba a tocarla la primera vez que lo vi en vivo, en la Plaza de Mayo.

Más y más. Aparece Las manos de mi madre (Como pájaros en el aire), de Peteco Carabajal, que me recuerda a mi abuela y también a mi mamá: a la imagen que tengo de cada una haciéndome algo rico en sus respectivas cocinas. El Malevo, ese relato de Argentino Luna (sobre un poema de Osiris Rodríguez Castillo) que mi papá escuchaba todas las mañanas por Radio Nacional, cuando vivíamos bien cerca de la sierra, en Córdoba. Así soy yo, del Cuarteto de Nos, que me recuerda un viaje en camioneta desde Valizas a Montevideo, con unos amigos uruguayos; Dulzura distante (de Fernando Cabrera, pero la versión de Ana Prada), porque rememoro una linda escapada con Ceci y Pablo a Rosario...

Y empiezo a tararear Tiempo sin respuesta (de Nick Drake, pero la versión de Pedro Aznar) que escuché anoche, cuando ni siquiera imaginaba que hoy podía haber gotas en todos los vidrios de mi casa.

Mientras pienso todo eso, llueve.

8 comentarios:

Inés Lerda dijo...

Cuando era chica, yo también recorría el camino de las gotas con el dedo, sobre la ventana, y después mi dedito quedaba negro porque funcionaba como plumero.

Princesa Turquesa dijo...

Un oasis leerte entre tanta ciberestupidez...ojalá que llueva café!

pd: y si es colombiano, mejor, no Inés?

Anónimo dijo...

Hola...suelo leer este blog....sin dejar comentarios quizá por sentirme ajena de alguna forma.
Yo también tengo uno, lo tenía medio abandonado hasta hoy, mientras estaba en la oficina rodeada de papeles que no me importan me puse a escribir algo y lo subí. A los pedos sin que me vieran mis jefes busqué una foto, lo edité y todo.....
Ahora entro acá y veo que pusimos la misma foto. Te juro que no fue plagio.

Un abrazo
Evangelina

Jota dijo...

Si me levanto temprano...

Qué lindo tema Días y Flores, eh.

Vine esperando encontrar la anécdota compartida. Yo creo que la tenés que subir. Si no, la subo yo.

Te doy 48 horas...

Princesa Turquesa dijo...

Ah, me olvidé de decir que a mí me gusta cuando Drexler dice "Si llueve el pasto se pone contento"; y debo ser medio pasto, porque es lo mismo que siento...

Pat dijo...

Qué linda que sos Aye...tenés riqueza interior como para repartirnos a todos los demás y vas por la vida como si nada, como si fueras una más.
Besitos

Etienne dijo...

La lluvia me inspira (todo lo contrario que a Birabent) muchas cosas. Me provoca el olor a tierra mojada, los charcos brotados de burbujas, las nubes que pasan y adelgazan mientras corren hacia otro lugar.
No tengo ninguna canción que me evoque una lluvia, tal vez porque son dos cosas muy intensas que me cuesta combinar.

Besos!

Belén dijo...

adoro la lluvia. el verde que se enciende en los arboles despues de ella. caminar debajo de la lluvia (si es una garua finita). dormir con lluvia.
cuando era chica no me gustaba nada de nada.