viernes, 6 de febrero de 2009

NOSTALGIA DE NIÑEZ

En este último mes me di cuenta, de golpe, de que soy grande. No sé en qué momento pasó, en qué instante decidí dar el paso y serlo, pero me arrepiento. Si en algún momento me hubiese imaginado que ser grande, que ser adulta era esto, hubiese desechado la oferta de inmediato.

En este último mes tuve que tomar decisiones. Muchas. Sé que en este blog hay muchas cosas de mi vida y estoy por contar una más, pero necesito hacerlo para mostrar mi postura. De hecho, si formé una idea respecto de la madurez fue por algo que me pasó.

En este último mes tuve que elegir una casa, dejar la que habitaba, y mudarme. Como la casa que había elegido se cayó, tuve que resolver el tema. En ese breve proceso conversé como persona grande: hablé de dinero, de cumplimiento de plazos, de pautas establecidas. Mencioné palabras como seriedad, honestidad, claridad y seguridad. Hice trámites. Conversé telefónicamente con la dueña de una propiedad, con un escribano, con gente de una inmobiliaria. Lo resolví: aquella propiedad volvió, pero llegará más tarde y en ese tiempo tuve que conseguirme otra, transitoriamente.

Uno pasa a ser grande cuando tiene una responsabilidad. Por ejemplo, un trabajo. Pero una responsabilidad incluye otras varias responsabilidades adentro: uno no sólo debe cumplir un horario de trabajo, sino que lo tiene que hacer bien, llegar a tiempo, no equivocarse, generar una buena relación con sus superiores y, para evitar problemas, relacionarse lo mejor posible con sus compañeros. Además, tiene que pasarla bien: eso, claro, también depende en parte de uno mismo.

El problema, precisamente, es ése: la suma de responsabilidades. Uno pasa a ser grande cuando tiene tantas, que todo se parece a un castillo de naipes: si no cumple o acomoda bien alguno, todo se cae.

Si no se piensa, hasta parece fácil: es como si uno fuese feliz. Puede tener un trabajo, puede vivir solo, mantenerse, estudiar, sostener una pareja, regar las plantas, pagar las cuentas, sacar la basura, hasta criar hijos… Qué bien le va a uno.

Pero uno siente que le va bien un carajo. Que uno no sólo es grande, sino que es adulto. Ser adulto es tomarse las responsabilidades con responsabilidad. Y no es un juego de palabras: hay personas que pueden tener 45 años y ni siquiera son adolescentes. Yo no sé cuándo pasó, pero me di cuenta en este último mes. Me di cuenta, la puta madre.

9 comentarios:

Joel Kotlar dijo...

Yo me di cuenta de que era grande cuando me empezó a dar vergüenza usar pantalones cortos. Y la adultez llegó cuando comencé a ir al supermercado a comprar cosas para mi heladera y/o alacena.

Etienne dijo...

Si, es cierto. Ocurre de golpe y en situaciones poco propicias, en donde uno no anda con todas las armas listas.

Princesa Turquesa dijo...

Yo ya me había dado cuenta. Pero lo confirmé cuando un (entonces casi) extraño sentenció que vos eras "la más grande de las tres" en pleno cazón uruguayo...

pd: que esto quede entre nosotras, pero tengo un par de añitos más!

AYE dijo...

Che, una cosa es sentirse grande y otra parecer...

Anónimo dijo...

Gracias!. Por estos tiempos estaba pensando en madurar, en dejar en el recuerdo mi eterna adolescencia. Iba a sumergirme sin salvavidas en el mar de las responsabilidades, en el mundo de los adulltos. Pero tu oscuro texto llego justo a tiempo. Y me ilumino.
Decidi tirar un par de añitos mas asi, en mi comoda postura de inmaduro vocacional.
De nuevo gracias!!!!!!

Random

Pat dijo...

Para mí ser grande es hacer cosas porque las tenés que hacer. Es hacerse cargo de las consecuencias.
Ya sé que todavía no tiene mucha gracia, pero no te preocupes ya la va a tener. Hay que esperar un poco.
Después te das cuenta que todo eso conlleva libertad, libre albedrío y empieza a gustar.
Aunque no lo creas ahora después te va a gustar.
Bienvenida a mi mundo! Ja!
Besitos

Jota dijo...

coincido con Joel en cuanto a los pantalones cortos

Y el siguiente paso fue tener que ir a asistir o consolar a mis papás...

Shalena Mitcher dijo...

Un día descubrí que ser grande era preguntarle a tus papás si llevabas algo antes de ir a almorzar a su casa. Es cualquiera.

Chech Jones dijo...

No da ser grande! No, no...
Tiene sus partes buenas ¿?
Pero si me hubiesen avisado con tiempo me hubiese ido con Peter (Pan) jajaja
Hablando en serio, duele crecer, ser responsable, independiente, lidiar todos los días con las cosas de los grandes no me está gustando ni un poquito...
Gracias a Dios trabajo en lo que me gusta y sobre lo que estudié... sino ahi si estaría en el horno...
Segui leyendo tus posts y cai en los que hablabas de los uruguayos... tenes razon en varias cosas, creo que el "hermanismo" que existe entre unos y otros no es tal... como uruguaya cada dia me gusta menos mi pais, supongo que sera todo parte de la crisis de crecer... antes no me veia en otro lado, hoy me siento extranjera en mi propio pais... montevideo tan limpia?? mmmm a veces jajaja y a los conductores de los omnibus (micros jaja) no tenes que decirles te puedo hacer una pregunta? directamente se la tenes que mandar... para eso estan para contestarla y hacernos viajar cual ganado yendo al matadero (lease trabajo a las 8.30 de la mañana)... odio el sistema capitalino de transporte... en fin...
Saludos desde el otro lado del charco =)