miércoles, 28 de julio de 2010

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Alarma. Hoy me percaté de que voy al mismo gimnasio que Pocho La Pantera y que Elena Cruz, la mujer del fallecido Fernando Siro (más recordados como el matrimonio fascista).

El se ríe mucho con su personal trainer mientras hace fierros y ella camina con cara de amargada sobre la cinta. A mí me da bronca: odio que los fachos gocen de buena salud.

6 comentarios:

eña. dijo...

se puede saber a qué gimnasio? :)

Etienne dijo...

Fijate que tampoco es lo peor de todo. Si hicieras una recorrida, ponele cena en restaurant, cine, coctail y bailongo en boliche te encontrarías con que no solo gozan de buena salud sino que también son muchos!!

Anónimo dijo...

Seguro que Elena Cruz no debe hablar con nadie en el gimnasio; para los fachos, el silencio es salud

Joel Kotlar dijo...

Por cosas como éstas nunca fui a un gimnasio. Y también por otras como fiaca, temor al ridículo, falta de motivos para mejorar mi pésimo estado físico...

De Tal Palo dijo...

El Pocho se deja los pelos al viento para entrenar?
Usa calzas ajustadas?

Inés Lerda dijo...

esas cosas te pasan por ir al gimnasio, muñeca. seguro que si hacés yoga, te cruzás con los "nuevos vegetarianos" como los primitos Pauls... eso estaría mucho mejor, no?