sábado, 9 de mayo de 2009

ESO DE SER "HERMANO DE"

El 9 de marzo de 1992, Raúl tenía 25 años, Hugo tenía 22 y estaba en el fútbol japonés y Diego, el hermano mayor, el más famoso de los Maradona, cumplía la suspensión por el dóping positivo por cocaína que le había saltado en un partido con el Napoli. Ermindo Onega, crack, había muerto 13 años atrás y su hermano Daniel tenía 46 años: pese a jugar más de 200 partidos en la Primera de River el nombre del mayor era el preferido de los hinchas. Andrés Aimar tenía 11 años y Pablo dos más: en algún momento el más grande llegó a decir "mi hermano es mucho mejor que yo". El 9 de marzo de 1992 nació Federico Coria, que hoy tiene 17 años y un hermano que, con 27, anunció su retiro del tenis. El menor hace y es –o quiere hacer y ser- lo mismo que el mayor.
Si el destino es un dibujo que ya existe, hubo un artista que, a priori, fue poco creativo: hasta ahora, el carácter deportivo de Fede tiene el mismo trazado que el de Guillermo.

Federico Coria es el hermano de Guillermo. Con apenas 17 años ya pasó por todo lo que atravesó el mayor. Ya lo compararon, pero sobre todo ya se comparó. Ese tema surgió constantemente en una nota que le hice hace unos días: la carrera que eligieron, los tropezones vividos como fracasos, la personalidad. Los dos. Las mismas cosas.

Fede (un nene simpático que habla mucho y hace chistes, aunque no mira a la cara a su interlocutora) jugaba también al fútbol, pero dejó a los 12 años. Contó: "El técnico nos dijo que íbamos a practicar pegarle con la zurda. Yo no sabía y eso me daba vergüenza. En realidad mis compañeros tampoco sabían, pero yo no lo toleré, era muy exigente. Y dejé". Insólito.

Me dio la impresión de que si su hermano era autoexigente, él es (o era, porque dice que algo cambió y que quiere seguir cambiando) cien veces peor. Otra frase: "De chico siempre fui comparado con mi hermano. En cada cancha escuchaba los comentarios de la gente, que me venía a ver por él. Decían: "Mirá, juega como el hermano". O: "Es malísimo". A mí me daba bronca. En mi cabeza tenía una sola cosa: pensaba que no podía perder, que si era su hermano tenía que ganar".

A los 16 años, Fede se enojó mucho -muchísimo- con sí mismo. Dice que le iba mal, que perdía en semis. Le aclaré que llegar a semifinales era conseguir un buen resultado. Se rió. Para él no, definitivamente. Entonces se deprimió: estuvo meses encerrado en su habitación. "Lo único que hacía era dormir, no tenía ganas de otra cosa", explicó. En ese momento tenía 16 años.

Tuvo problemas con el saque (igual que su hermano), repite que a él no le gusta perder a nada (igual que su hermano) y ahora volvió a jugar porque quiere ser tenista (igual que su hermano).

Su historia es increíble y aunque no me gusta escribir acá cosas deportivas, la quería contar porque estuvo muy bueno conocerlo. Por su bien, sólo espero que le vaya bien.

4 comentarios:

Etienne dijo...

Si la historia se repite, llegará a ser top five, ganará algun grand slam y será partícipe de un par de buenas series en copa davis. Pero además, si no lo logra, no habrá aprendido de los errores de su hermano. Y eso sería una tontería.
¿Dónde se publica la nota que le hiciste?

Princesa Turquesa dijo...

Para cuándo la nota con el hermano del Gato, eh?, para cuándo...?

Belén dijo...

a mi me da no se que la hermana de la sole.

Princesa Turquesa dijo...

Nooo, peor ser Gustavo Barros Schelotto!!!