miércoles, 13 de agosto de 2008

LA VIDA BAJO TIERRA


El subte de Buenos Aires, en la hora pico de la mañana, debe ser el lugar que más gente agrupa de todas las grandes ciudades del mundo. Me di cuenta hoy, mientras tenía un hombre detrás mío, a mi amiga Pao tan cerquita que parecía que quería darme un beso y a un tipo que debió sufrir mucho mi cara presionada contra su espalda.


Lo llamativo es la cantidad de cosas que hace y/o dice la gente a esa hora, en ese lugar y con esa presión humana. Hubo gritos contra “los gremialistas del subte”, una mujer preguntándose por qué la gente no se levantaba más temprano para viajar cómoda (vaya a saber por qué no lo hacía ella, que estaba ahí), un gordito que aprovechó la ocasión para apoyarse a una adolescente y un tipo que dormía contra la puerta, con cuatro personas encima.


Quiero decirlo, a esa hora y en el metro (a propósito, recomiendo la canción de Café Tacuba, El Metro), triunfó el amor:

El: Perdoname si te aplasto.
Ella: No, todo bien. Esto es tremendo, no se puede viajar así.
El: Coincido con vos. Sos una chica muy inteligente, tenés toda la razón. ¿Viajás todos los días a esta hora?

El (tres estaciones más adelante): ¿Y a qué hora te volvés?
Ella: Salgo de la oficina a las seis, así que me tomo éste otra vez. Pero a esa hora también se viaja mal, ¿sabés?
El: ¿En serio? No te lo puedo creer.

El (una estación antes de bajarse, cuando ya le había sacado el nombre y la profesión a la muchacha): ¡Hagamos una cosa! Nos encontramos seis y cuarto en Carlos Pellegrini y volvemos juntos.
Ella (tímida): Bueno, dale.

Hacían una linda pareja.

Mientras los escuchaba, miré hacia arriba. Odio a los de zonajobs, la página para buscar trabajo, que te pone las líneas de subte de España o de Inglaterra: no me jodan, nunca voy a conseguir trabajo allá. Jamás voy a pasar por Atocha o Barajas. En todo caso, laburaré desde acá para un call center y por dos mangos.

Yo creo que los dueños del subte, a esa hora y con toda esa gente, deberían pasar música. Yo viajo en la línea B. ¿Por qué no me ponen Mañana en el Abasto, la versión de Sumo?

P.D.: Entre las cosas que pensé es que de toda esa gente, yo debía ser la única ahí que sabe quién es Ana Guevara o que sabe quién es Albert Pujols o que sabe que Gudjohnsen es islandés.
La primera es una atleta mexicana que ya se retiró. El otro, que tiene mi mismo apellido pero con s final, es un beisbolista dominicano de la MLB. El último es un futbolista: delantero que pasó por Chelsea y ahora está en el Barcelona. No juega bien, pero hace goles. Lamentable.

6 comentarios:

Jota dijo...

A ver, futura co-equiper:
te apuesto una buena merienda a que la chica, a las 6, no está en la estación Carlos Pellegrini. Típica sanata para sacarse al pesado de encima.

Y el último párrafo, querida... por dioo!!! cómo sabés esas cosas???? por qué??? para qué??? te hace feliz?????????

AYE dijo...

Yo prefiero pensar que quizá se encuentran. Si me hubiera pasado a mí (y digo que sí), voy.
Sé esas cosas porque todavía vivo de esto. Si me hace feliz? No. Igual ayer un compañero me dijo algo muy cierto: los periodistas somos personas eternamente inconformistas.

Inés Lerda dijo...

Ojalá se encuentren, aunque no eligieron el pun to de encuentro ideal. A las 18.15 en la estación Pellegrini va a haber millones de personas, pero bueh...

Anónimo dijo...

Peor es saber como se llama el 4 de la 7ma de Huracán ó cuantos goles hizo el 9 de la 5ta de San Lorenzo.

GARIPE

Princesa Turquesa dijo...

Ay ojalá se encuentren!!!, ahora entiendo porqué no consigo chico, viajo siempre en colectivo...

PABLO U dijo...

Es muy buena la idea de que pasen música. Siempre me pareció que el sonido del subte era muy rockero. Fuerte, compacto y ajustado. El sonido del subte podría ser un tema de Divididos.

Saludos!