jueves, 10 de julio de 2008

MUJER TRABAJANDO... CON HOMBRES


"¡Al fin una mina! Acá había mucho olor a huevo". Con esa frase me recibieron en la redacción de Clarín, adonde empecé como pasante. Soy mujer, soy periodista deportiva. Por eso, siempre trabajé con hombres. De eso voy a escribir: de mi experiencia laboral con el sexo opuesto.

Contrariamente a lo que muchas mujeres creen, los hombres no son todos iguales, aunque hay dos temas que son recurrentes en sus charlas: el fútbol y las mujeres. En realidad, es al revés: las mujeres y el fútbol.

En cada conversación, en cada mini reunión masculina, lo que parece estar en tela de juicio es ver quién de todos es el más macho. Aunque después, individualmente, nada de lo que hayan dicho se cumpla (al menos da esa sensación).

Entre los periodistas deportivos están los hombres sensibles, los babosos (los babosos y sensibles), los tímidos, los graciosos... Y hay una raza particular. Mi máxima: todos los que cubren fútbol internacional son raros.

¡Ah! Aquellas mujeres que salgan o gusten de un periodista deportivo sepan que el 95 por ciento de los casados que superan los 40 años, aprovecha para salir con otras cuando se va de viaje. Y cuando vuelve se lo cuenta a los demás.

La masculinización de las frases
Trabajar con hombres es pronunciar la expresión "es una patada en los huevos", sin saber su verdadero significado; es encontrar el parecido de un repartidor de pizza con Schweinsteiger (un jugador alemán); es escuchar un mínimo de tres veces por día la pregunta: "¿llegás?". Todos la hacen para saber si el compañero es capaz de tener relaciones con la señorita que aparezca en escena.

Trabajar con hombres es ponerte botas y que te digan: "¿Juega Bottinelli hoy?" o "Bottaro era el presidente de Independiente, ¿no?".

Otra muestra de la masculinización de las frases. La otra vez un amigo me contó que gustaba de una chica, y yo lo insté a que avance con la muchacha: "Tirale un tiro", manifesté. Una vez yo estaba frente a un sandwich de jamón y queso y una compañera me dijo: "Entrale al jamón y queso como loca".

Experiencias
Después de estar rodeada de hombres en un canal de TV pasé a trabajar a Infobae, la página de internet. Allí, había muchas mujeres, algo que me puso muy contenta. Yo no lo podía creer: al fin hablaba de chicos, de citas, de problemas de pareja, de ropa, de recetas de cocina... Me duró cuatro meses: no bien me llamaron del diario Perfil, renuncié y me vine para acá. Soy la única señorita entre nueve muchachos.

En estos casi seis años de trabajo escuché cosas increíbles, del tipo: "¡Qué bien garché anoche!" (así, con signos de admiración). Y ayer me acordé de una anécdota personal. En 2003 fui a cubrir un partido entre Colegiales y Cañuelas. Ganó Colegiales y con ese resultado, si mal no recuerdo, accedió a un reducido o algo así. Yo terminé mi cobertura haciéndole una nota a la figura de la cancha: fue en el vestuario y el hombre en cuestión estaba completamente desnudo. Después, ya en el diario, me dieron 15 líneas. No salió una sola frase de esa nota. Mi papá, por supuesto, todavía no lo sabe.
Editado: el futbolista era Pablo Cameroni.

7 comentarios:

Jota dijo...

El "entrale" al sandwich está genial, es lo más normal del mundo. De minas se habla en cualquier trabajo. Y de hombres -las minas-, también lo hacen.
Reconocé, al menos, que una mujer mejora su autoestima cuando trabaja entre tantos machos, tengan o no la pelota en la cabeza.
A propósito: muchos menores de 40 años, casados o noviando, también hacen lo que sugerís.

Anónimo dijo...

Me gusta trabajar con hombres porque son muy divertidos y buenos compañeros, por desgracia trabajo con mayoría de mujeres porque soy docente...No está tan bueno, llega un momento en que hay desbalance hormonal. Las mujeres sacan lo peor se sí y los profesores hombres se feminizan un poco .
Creo que en tu caso el desbalance hormonal es al revés, así que preocupate si notas que te gustaría hacer pis parada.
besos
pat

Meryl dijo...

al final no contaste lo más importante: qué onda Cameroni, cómo venía de....?

Anónimo dijo...

trabajar con hombres es mas tranquilo, sin egocentrismo, sin envidias...
por lo menos a mi me resultan mas confiables que las mujeres, solo servimos para chusmear, criticar, y cuando una falta sacarnos el cuero entre todas, les doy la razon a mis amigos, somos todas vivoras!

Jota dijo...

conste que los comentarios más machistas no fueron míos ni de hombres, eh!

AYE dijo...

Jaja. Quiero aclarar que sólo miré a Cameroni a los ojos. Lo juro.

Inés Lerda dijo...

Grosso, grossísimo. Voy a contar una intimidad, total este post es viejo y no van a leer este comentario. la revista llegás se llama así justamente por la pregunta que se hacen los periodistas deportivos (me aburren) cuando pasa una chica por la redacción. periodistas deportivos: no sean tan previsibles, lo de las botas no va.