jueves, 28 de febrero de 2013

ODA A LA SIESTA

Escribo estas líneas con los ojos achinados, los rulos que arman un despeinado bastante prolijo y una raya que me recorre el cachete: es la marca que me quedó después de estas dos horas y media de siesta que acabo de dormir.

Respeto sobremanera a la gente que descansa por las tardes, que se hace el hueco para disfrutar de un instante de felicidad, que elige detener el tiempo de su cotidianidad para enterrarse en la almohada. Para mí, la siesta es placer absoluto. Y aquellos que la practican al menos una vez por semana -sépanlo, entérense ahora- son mis amigos.

Por supuesto, cada uno elige la clase de siesta que prefiere. Están los que se sienten satisfechos con una siesta breve, los que se conforman con tirarse en el sillón y dormir unos minutos con lo que lleven puesto, y estamos los que armamos una siesta como si preparáramos una comida rica en nuestra casa para la persona que nos gusta mucho.

Es así: apagamos los teléfonos, construímos un ambiente cálido, generamos un contexto que nos resulte reconfortante, nos ponemos el piyama, corremos la cortina para que entre poca luz y nos acurrucamos un poco en la cama pensando cosas lindas hasta que el sueño se apodere de nosotros. Y abrimos los ojos cuando nuestro cuerpo lo desee.

En serio, probalo. Una vez que esto ocurra, sentirás que la vida tiene sentido.

Es así, un momento mágico en el que no hay nada más importante que vos: vos y tu siesta.

Te lo digo yo, ahora, hoy, un lunes cualquiera, en el día de mi siesta y con la raya del cachete que va desapareciendo.

3 comentarios:

Etienne dijo...

Y pensar que cuando éramos chicos, mi padre nos obligaba a dormir la siesta y nosotros nos resistíamos... Ah! Cómo me gustaría volver a ser niño y tener la posibilidad de hacerlo!
Besos!!

Anónimo dijo...

Me tiré hace algunos años a dormir una plácida, merecida y reparadora siestita. Aun no puedo despertarme

random

Anónimo dijo...

procuro no hacer la siesta porque me sientan fatal pero ahora estoy tan tan cansada qué me voy a echar una bien grande