UNO. Comenzar una guerra a muerte y sin tregua contra la celulitis.
DOS. Hacer pochoclos, pero bien.
TRES. Reducir en un 35 por ciento mi nivel de (auto) exigencia.
CUATRO. Decidirme: hacer ejercicio o aceptar los kilos y el paso de los años sin complejos.
CINCO. Comprarme una bicicleta.
SEIS. Plantar un árbol y escribir aunque sea una tarjeta de cumpleaños con
el chico de este otro blog.
SIETE. Encontrar algún tipo de terapia alternativa útil si durante 2011 la psicóloga no me dice: "Listo, Ayelén, no vengas más".
OCHO. Trabajar seis horas exactas por día.
NUEVE. Terminar de cerrar la idea de mudarme y transformarla en meta razonable para 2012.
DIEZ. Hacer un viaje de un mes.
ONCE. Mirar más cine que en 2010, pero no tanto como en 2009.
5 comentarios:
Che, la 1 y la 2 ¿no entran en conflicto?
Y otra pregunta, si te compras la bicicleta, ¿la vas a usar como perchero, como yo?
En fin, besos!!
Aye! Ojala llegues a las metas para este 2011.
Unas de mis metas 2011 sería la depilación definiva,jajja. Besos
Jajaja, Vero, tu meta nunca será trabajar, no? No importa: brindemos por un año sin pelos, entonces!
me parece que las metas con el chico de ese otro blog no se cumplen nunca, no?
te parece que es tiempo de una evaluación? De curioso nomas...Como venimos?
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