La conoció así, casi en plan de buscador de almas esforzado, pero seguro de sí. Convencido del nuevo descubrimiento, abonado a la fe en las palabras como agentes reveladores de la sensibilidad. O de una que a él lo cautivaba. Creyó ver un reflejo, quizás el polo positivo de su negatividad. Esas palabras fueron su compañía en una primera noche solitaria. Luego en otra y luego en más. Hasta que empezó a fantasear con ir más lejos. En el viaje de su imaginación no le alcanzaba que esas palabras fuesen compañía: también debía serlo su emisora.
Siempre espera vaya a saber qué y vaya a saber por qué, pero espera porque así hace todo o casi todo. Lo hace hasta que ya no puede esperar y entonces decide actuar, aunque suele lamentar no haberlo hecho antes. Una de aquellas noches recibió una señal y le pareció que debía buscar a quien robaba su atención. Tuvo un encuentro aún más fuerte que los anteriores, pero en el viaje de su imaginación no le alcanzaba que sólo fuese suyo: quería que fuese con ella. Ante todo quiso aclararle lo que ya sabía. Lo sabía él y lo sabía ella: no se conocían. Una obviedad tan grande como el híbrido de su espera.
Entonces las palabras fueron suyas. Las soltó con la ilusión de que viajaran hacia un recuerdo de niñez. Hacia una mañana apacible con la luz del sol en la ventana. Hacia una tardecita de caminata tranquila por Montevideo. Hacia una noche de melodías lindas. Un viaje hacia cosas simples, cotidianas, terrenales. Como él, quizás. Como la idea que se había hecho de ella, al fin. Entonces las palabras fueron suyas y, enseguida, de los dos. Volvió a esperar porque porque así hace todo o casi todo. Lo hizo hasta que ella ya no pudo esperar. Y él tampoco, obvio. Tan obvio como que debían encontrarse y ser, encontrarse y dejarlo ser.
Defensa y Estados Unidos. Llego, pago, bajo, cruzo... Y ya no hay tanto que esperar.
-Hola, Paula.
-Hola, Francisco.
El flaco que tocaba la guitarra (invisible)
Hace 15 años
1 comentario:
San Telmo hace milagros, milagros que solo dos pueden respirar, vivir y hasta quien dice perpetuar.
Las letras forman oraciones, las oraciones textos, los textos blogs y asi el emisor y el receptor hacen milagros en San Telmo.
El milagro de encontrarse y de entenderse.
A mi me gusta este blog!!!
besos Aye!
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