Ya en Buenos Aires, pienso en Uruguay y su gente. Pienso, también, que ya escribí bastante sobre aquellas tierras y que no lo voy a hacer más: que este es el final de la trilogía.
Pienso que los uruguayos tienen un complejo de inferioridad: primero me parece que es respecto de los de Buenos Aires, pero después me doy cuenta que es en relación a los demás países del mundo. Es como si germinara de una cuestión geográfica.
Un complejo surge de una mirada sobre uno mismo, una mirada que lastima por un motivo en particular y que genera trabas. En general, se trata de una observación errada, sin sentido. Es como un espejo que muestra una imagen distorsionada de lo que en realidad somos. Allá percibí un complejo de inferioridad.
Mauricio es de Paysandú y viajó a Valizas a trabajar de mozo en un restaurante. "Gurisas, ¿están tomando grapa miel?", nos pregunta minutos después del brindis por el año nuevo. Tomamos, claro, y compartimos. Mauricio relata que le ofrecieron trabajo y fue. Dice que Buenos Aires es muy grande ("paaa, es gigante, vo") y que Paysandú es chiquito, que tiene lindos lugares, pero que "los de arriba se la roban toda y no hacen nada".
Los uruguayos son austeros y no están ajenos a la ley del inconformismo: yo estaría bien con lo poco de ellos, ellos con lo mucho de mi ciudad. En un fogón hay una reflexión de un argentino que es cierta: "Acá ellos se quejan de que no pasa nada. ¡Y no se dan cuenta de que lo mejor de este lugar es eso!".
Hay más charlas. Pablo cuenta que en Montevideo abrieron La Trastienda, pero que es más chica que la de acá: después del acá dice "obvio".
La comparación con Buenos Aires se reitera, es como una forma de atajarse constante.
José y Augusto son dos jóvenes montevideanos. Nos preguntan si en Argentina pasan por televisión algún programa uruguayo. Respondemos que no. "Y claro, somos malísimos", señalan.
Augusto practica MotoCross y afirma que los argentinos son muchos mejores que ellos en ese deporte: "Cuando vienen acá siempre nos pasan el trapo". Igualmente, aclara que en Estados Unidos los corredores son superiores a los porteños. Hablamos de porteños, entonces, y él dice que son todos pedantes. Presumidos, pero lindos: "La diferencia entre ustedes y nosotros es que allá, tanto las mujeres como los hombres, son re facheros, vo. Acá no. Me acuerdo del primo de un amigo que era porteño y era recontra fachero el loco".
Daniel está un poco borracho (corren los primeros minutos del 1 de enero, aunque después lo veremos en el mismo estado a las 9 de la mañana, a las 3 de la tarde y a las 9 de la noche). Habla con prejuicios, intenta conversar, pero le erra en la forma: "¿Es cierto que las porteñas se creen que son todas lindas?". Le pregunto si yo le hice algo como para que me haga tal cuestionamiento. Y sin que le diga nada, empieza a enumerar que las playas uruguayas son mejores que las nuestras, que Montevideo es mucho mejor que Buenos Aires, que los uruguayos son mejores que los argentinos.
Para José su país es todo chiquito: las estructuras son pequeñas, todo es desorganizado. El magnifica la noche porteña: se cree que, bajo la luz de la luna, en cada rincón de Buenos Aires hay sexo, drogas y rock and roll. Le explicamos que nosotras no vamos a bailar. Dice que la diferencia es que en Buenos Aires hay mucha plata: gente que puede tirar el dinero para arriba. Le aclaramos que eso es sólo porque hay más gente: que se trata de una cuestión proporcional.
Un italiano que viajó 20 años por el mundo y que se quedó en Uruguay por amor hace una observación: él siente que lo que les pasa a los charrúas es que no se tienen confianza. Nosotras nos reímos y yo me pregunto qué pensarán los uruguayos de nosotros, después de tantas reflexiones sobre ellos.
18 comentarios:
las pocas veces que viajé a uruguay me llevé la impresión de que es mentira esa hermandad entre argentinos y uruguayos que siempre se quizo mostrar.
Sin aclarar en que tienen razón o no me molesta profundamente la comparación constante. Que el mate de ellos es mejor, que el asado también que Gardel es uruguayo..puff!!
Nosotros nos aguantamos a Natalia Oreiro, a Osvaldo Laport entre otros y no decimos nada.
EVANGELINA
www.seguimechangoseguime.blogspot.com
Yo pensaba que los uruguayos me gustaban, pero al final no. Pablo supone que es porque me gustan sólo cuando los distingue la uruguayidad (sic); yo creo que me gustan un poco aporteñados...Como sea, debería seguir probando!
Siguiendo con el ejercicio de pensar sobre Uruguay, escuché que es el único país donde la gente toma mate en los bares y los perros ladran sentados.
Que es "Un campo al costado del mar" y que siempre son 3 millones, desde hace como 20 años. O sea que, que dos uruguayos se encuentren por causualidad en el mundo es un acontecimiento bastante importante. Deberían saludarse con un abrazo, como mínimo.
Saludos!
En realidad, no conozco ningún uruguayo (no creo que ninguno se atreva a venir a instalarse en la patagonia) pero me sorprendió la exactitud del análisis, lo certero en cuanto a que la comparación es siempre sobre ellos, aunque debe ser porque es lo único que conocen.
Besos!
Me olvidé de algo que vale la pena rescatar: cuando Augusto comentó que los argentinos eran mucho mejores en su disciplina, mi pasado periodístico se fundió con el presente de las chicas y relatamos con lujo de detalles la participación de nuestras representantes en los últimos Juegos Olímpicos. Recordamos que una era hipoacúsica y tenían que palmearla en la espalda para marcarle la partida. Bien femeninas...!
Yo creo que se comparan con los porteños y no con los argentinos. Es lo que más conocen, por la tele y por el turismo.
En el interior de Argentina pasa algo muy parecido a lo que vos contás.
Me encantan los uruguayos. Y como toman mate mientras andan en bici sin manos!
Besitos
A mi también me encantan los uruguayos. Me encanta que tomen mate sentados en una silla en la vereda de la casa, que da a la calle. Que anden en bici por todos lados. Que se saluden. Que son parsimoniosos. Que te acompañen un par de cuadras charlando, cuando lo único que hiciste fue preguntarles dónde queda la calle tal.
Y no me gustan las rivalidades, porque siempre alguno en la mesa se entera que sos argentina e intenta hablar de papeleras, mundiales, gardeles y esas cosas que terminan en pelea.
Pero a mi me gusta el uruguayo, así como es...
..Daniel cuál era???, creo que me perdí una parte...!
Jajaja, uno de los dos que estaba borracho todo el día. Flaco, alto, pelito medio largo. Se nos acercaron en lo de Yiye!
Ah...ya sé!!!, uno con una nariz impornente...?, cuando íbamos a Punta del Diablo se bajó del bus en el medio del campo...con Ceci lo miramos vararse ahí, con esa cara de total relax!
no pude decidir si era importante o imponente parece...!
ey, vo'! te mandé un mensajín vía celular. estuve en el polonio hasta ayer.
los uruguayos son muy lindos. más que los porteños.
ah! en el rancho de al lado de mi rancho paraba buscaglia. fogón con brown de abuela coca. cantó "trivia". ampliaremos.
Yo soy uruguayo y creo que generalizas demasiado, si bien somos un país pequeño cada persona es un mundo. Pero es cierto que la gente del interior tiene como esa noción de que en una ciudad grande todo es mejor. Yo estuve en Buenos Aires y no me pareció nada del otro mundo, ni siquiera las minas, en tv te pintan una cosa, salis a la calle allá y te querés morir. en fin, estoy de resaca, otro día me explico mejor...jeje saludos
No se puede generalizar, yo tengo amigos de varias nacionalidades y lo que menos importanta es donde nació cada uno, lo único importante es lo bien que la pasamos juntos, saludos!!
Yo creo que lo del complejo de inferioridad es falso. El tema es que el porteño es naturalmente agresivo, luego, el urugayo se defiende. Estamos obligados a defendernos constantemente. ¿Por qué no nos pasa lo mismo con los brasileros?
Lo de si es mejor pueblo el uruguayo que el argentino, es cuestión de gustos, hay quienes opinan que el primero es mejor al segundo y vice-versa. Ahora bien, si se miden los méritos obtenidos por cada uno en relación a las dimensiones de su pueblo, ahí me parece que Uruguay vence.
Somos pocos, es verdad, pero habrá que ponerse a pensar cómo logra un punto en el mapa, un punto prácticamente despoblado, hacerse conocido en el mapa.
Respecto a la chica que dice gustar más de los porteños, bueno, pues sí, pasa en la mayor parte del mundo que el perfil bajo no atrae. Sólo se dan cuenta cuando es demasiado tarde, elegir a alguien que se da aires indebidos de importancia pasa factura tarde, pero pasa.
Quisiera agregar que en estas tierras se sabe bien que las dimensiones geográficas y poblacionales son un cuento. Si esa lógica "mega" cuadrara, entonces China sería un mejor país que Holanda, la India sería preferible a Suiza, Rusia a Bélgica, etc. Nosotros lo sabemos bien, las dimensiones y el potencia sólo sirve cuando se sabe aprovechar.
Yo creo que esta entrada suena a lavado de manos. Nos tiran la pelota a nosotros por una actitud que, no digo todos, pero muchos porteños tienen. Sobre todo los de plata, que se creen dueños del mundo (los de acá también, pero al menos bajan un poco más el tono). A veces los veo parecidos a los neoyorquinos, en el sentido que ellos creen que son EE.UU y el resto Texas, el sur, los rednecks, etc.
En youtube vengo de una discusión con un porteño que acusa a los uruguayos de burros, a él no se le cae una jota de cultura, escribe "innotos" en lugar de "ignotos", entre otras fallas de redacción que atentan contra el idioma castellano. Pero acusa de ignorancia al resto de latinoamérica (porque lo que piensa de Uruguay lo piensa del resto del continente). En fin...
no hay nada mas frustrante que un uruguayo
es hipocrita,
envdios
vagos
y muy boludos
Yo nunca me sentí inferior a los argentinos, no tengo complejo de inferioridad, ni le envidio nada a Argentina, lo que tengan mejor que lo disfruten pero no se lo envidio yo no soy un envidioso. El compatriota mío que dijo que son re facheros allá tanto hombres como mujeres y acá no, que hable por él, está equivocado, los uruguayos y uruguayas en promedio somos atractivos, nada que envidiarle a los argentinos, lucimos prácticamente igual, sólo que somos poco conocidos a diferencia de los argentinos.
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