miércoles, 27 de enero de 2010

DICHO POPULAR


"Andar despacio, comer poquito y dormir solito".

El país al que voy, me dicen, recibe a sus visitantes con este consejo, con esa premisa a tener en cuenta para pasarla (y sentirse) bien.

"Andar despacio, comer poquito y dormir solito".

La cuenta regresiva ya empezó...

miércoles, 20 de enero de 2010

DOCE METAS RAZONABLES PARA 2010


UNO. Organizar una o más fiestas como la promocionada en un post de acá abajo.
DOS. Que cuando levante la mano para llamar al mozo, él me vea y se acerque a mi mesa.
TRES. Dejar de cortarme el dedo gordo de la mano derecha cada vez que rallo zanahorias.
CUATRO. Ser una chica turra, bien turra.
CINCO. Convencer sutilmente a alguien de que me regale el libro Toda Mafalda.
SEIS. Hacer un libro de cuentos con el chico de este otro blog.
SIETE. Encontrar alguna actividad placentera, pero que también me de dinero (primero, lograr que me interese el dinero).
OCHO. Que la psicóloga me diga: “Listo, Ayelén, en serio. No vengas más, ya no lo necesitás”.
NUEVE. Comprarme un sillón.
DIEZ. Confesarle a mi mamá que la vez que sancionaron a mi compañerito de escuela por aquella travesura que yo denuncié, en realidad la culpable fui yo.
ONCE. Empezar tres cursos: uno sobre cine, uno de escritura y otro de pintura.
DOCE. Invocar a San Antonio lo menos posible durante este año.

martes, 12 de enero de 2010

EL CUADERNO DE PRIMER GRADO

Tarea: hacer oraciones con n.

  • Mi papá es muy enano.
  • Yo sé jugar al dominó.
  • Yo tengo mucha pena.

Se ve que me afectaba la primavera alfonsinista...

jueves, 7 de enero de 2010

POR UN MUNDO SIN ACNE

A través de este post quiero comunicar que hoy ¡he terminado mi tratamiento contra el acné!

Fueron seis meses de una intensa lucha contra los granitos que habían invadido mi cara y que habían determinado un diagnóstico gracioso: acné tardío.

En este periodo me tomé dos pastillitas diarias, invertí mucho dinero, puse una gran dosis de paciencia y soporté tener los labios secos constantemente. Pero desde ahora en más tendré una vida sin mantecas de cacao.

No me quiero olvidar y no quiero dejar de mencionar a quien fue clave también en este trabajo: el doctor Gastón Charas, dermatólogo, quien con su nombre de futbolista (en otra vida debe haber sido un gran defensor central) me recibió todos los meses y me alentó desde un principio.

"Yo te voy a curar", me anticipó. Y después pasó de darme la mano a saludarme con un beso y elogiar mi cutis en cada visita a su consultorio. Repito: esta joda duró seis meses.

Esto que me pasó me dejó marcas y no hablo de mi rostro. Desde este humilde lugar quiero comprometerme con aquellos que sufren del acné. Quiero decirles que si quieren formamos una asociación que nos nuclee (a los recuperados y a los no), hacemos vaquitas para comprar Roacután (la droga milagrosa) y organizamos reuniones cual grupo de autoayuda.

Y también podríamos brindar, claro. ¡Brindemos todos por un mundo sin granos, che!

lunes, 4 de enero de 2010

COMO SI FUERA LA PRIMERA VEZ


¿Qué pasaría si un día nos levantáramos y miráramos a nuestro alrededor como si fuese la primera vez que observáramos los detalles de nuestro contexto?

¿Y si besaras a tu pareja de años como lo hiciste el día que descubriste tus labios juntos a los suyos?
¿Y si miraras a tus hijos como lo hiciste el día que salieron de tu vientre?
¿Y si te sintieras en tu profesión tal como te sentiste el primer día?

“Hay que tratar de mirar como si fuera la primera vez. Hay que sacudirse los ojos y sacarse las telarañas. Y mirar, no dejar de sorprenderse”. Ayer escuché a Eduardo Galeano soltar este concepto y me ayudó a cerrar una idea que persigo desde hace un tiempo.

¿Qué queda de los deslumbramientos primigenios? ¿Y por qué parecen tan efímeros, al punto que nos hacen sentir que las cosas pierden valor? ¿Por qué nuestros ojos transforman los detalles que nos fascinan en meros paisajes de la rutina de nuestras vidas?

El ejercicio de que lo que tenemos a nuestro lado nos conquiste casi a diario también depende de cada uno: y es una de las más saludables gimnasias, porque es un entrenamiento para el alma.

¡Qué bastardeada está la valoración!

¿O no te parece mágico escuchar desde tu habitación que hay pajaritos que cantan? ¿O no te conmueve el sonido de la música que te gusta, que sale desde el parlante de tu equipo de música? ¿O charlar con tus amigos no te genera lo mismo que te producía jugar cuando eras un chiquito?

A no restarle importancia, eso sí, al aporte de la experiencia. Porque entonces uno ve y puede anticipar situaciones, como si fuera un pronosticador. Y se puede equivocar, claro, así como fallan los que anuncian sol y al final llueve (o viceversa). Y ojo, porque lo que entra a nosotros por los ojos y llega al corazón también puede producir una sorpresa madura.

¿O acaso tu ciudad no tiene características hermosas, que atraparían a cualquier turista? ¿O el cariño que te brinda tu familia no es, más allá de las formas, el más acogedor que podés recibir? ¿O tener eso que querías no es como recibir el regalo que te trajeron los reyes magos?