A través de este post quiero comunicar que hoy ¡he terminado mi tratamiento contra el acné!
Fueron seis meses de una intensa lucha contra los granitos que habían invadido mi cara y que habían determinado un diagnóstico gracioso: acné tardío.
En este periodo me tomé dos pastillitas diarias, invertí mucho dinero, puse una gran dosis de paciencia y soporté tener los labios secos constantemente. Pero desde ahora en más tendré una vida sin mantecas de cacao.
No me quiero olvidar y no quiero dejar de mencionar a quien fue clave también en este trabajo: el doctor Gastón Charas, dermatólogo, quien con su nombre de futbolista (en otra vida debe haber sido un gran defensor central) me recibió todos los meses y me alentó desde un principio.
"Yo te voy a curar", me anticipó. Y después pasó de darme la mano a saludarme con un beso y elogiar mi cutis en cada visita a su consultorio. Repito: esta joda duró seis meses.
Esto que me pasó me dejó marcas y no hablo de mi rostro. Desde este humilde lugar quiero comprometerme con aquellos que sufren del acné. Quiero decirles que si quieren formamos una asociación que nos nuclee (a los recuperados y a los no), hacemos vaquitas para comprar Roacután (la droga milagrosa) y organizamos reuniones cual grupo de autoayuda.
Y también podríamos brindar, claro. ¡Brindemos todos por un mundo sin granos, che!